jueves, 10 de febrero de 2011

Totos



- ¡Hey! ¡cuanto tiempo!
- La verdad es que sí, hacía mucho que no nos veíamos.
- ¿Qué es de tu vida?
- No mucho más que de la tuya.
- ¿Todo bien?
- Sin duda.
- No mientas, ¿Qué pasa?
- Lo que pasa, ¿qué debería pasar?
- Nada.
- Está claro, porque sigues igual de estúpido.
- ¿Yo? ¿quieres pelea?
- Eres bulgar, soez... mírate, ¿Qué ha sido de aquel niño?
- Creo que se atragantó con su propia fantasía.
- Todos vivimos en esta mierda de jungla, déjame ser como yo quiera.
- Mírate... bueno, no, eso sería imposible, el rencor y la rabia te ciegan.
- No quiero hablar, vete.
- Así me gusta siendo estúpido hasta el final.
- Que te calles !!!!!!
- No eres más que un niño malcriado, hazte un favor y recuérdate a ti mismo lo que eres.
- ¿Un desgraciado?
- No, un inmaduro.
- Soy maduro, demasiado incluso, veo cosas que los demás ni entienden, siento cosas que nadie percibe. ¿Te atreves tú a desafiar mi entendimiento? no, no lograrás herir este corazón con patrañas inútiles. Lo que he vivido hasta ahora es lo que me ha hecho ser como soy. Soy yo, y punto.
- No, sigues siendo un inmaduro.
- Te he dicho que me dejes en paz.
- No me iré, porque jamás lograrás echarme de aquí, eres demasiado necio.
- Pues te tragarás mi puño si hace falta.
- Me das pena... antes eras alguien. ¿Dónde están tus ambiciones? Te has relajado demasiado. No queda más lástima que la de tu propia pena.
- Sabes que esto es lo que siempre he deseado.
- Doble necio
- ¿Qué hago?
- Hazte de entender, que yo no soy más que tú y no te diré más de lo que logres saber ¿No te has dado cuenta de que hablabas solo?
- Me siento idiota.
- No trates de dar pena, que esta historia ya me la se...
- ¿Y cómo acaba?
- Como tú quieras
- No me lo creo, no. Necesito aquel maestro.
- Te necesitas a ti.
- Ahora quiero dormir.
- No dormirás, yo lo impediré.
- Jamás lo lograrán entender, jamás... ¿Y si cortara mis piernas y me convirtiera en pez?
- Serías igual de estúpido.
- Entonces no queda otro alivio mas que la muerte.
- Me estoy cansando de ti.
- Y yo de ti.
- ¿Hasta qué extremo hemos de llegar?
- Hasta ninguno.
- Es frustrante.
- Es inquietante.
- Nunca te conformas con nada.
- Siempre anhelo lo improbable.
- Vaya desgracia te has buscado, apostar con los ojos vendados.
- Qué le voy a hacer... soy un necio.
- Sí, por fin sabes que lo eres.
- Y ahora, ¿qué?
- Aprovecha tu estupidez. Sabes que lo estás deseando, pero nunca lo haces.
- Es típico de mi estupidez que se le va a hacer, mi inmadurez choca con mi propia madurez.
- ¿Cuando quitarás la nieve de tu corazón?
- De verdad, que no hay ardor más fuerte que el que siento, y no soy caballero, sino ruin y rastrero.
- Para eso ya están las serpientes, deja de dudar.
- Devuélveme mi cordura.
- No la encontrarás hasta que no creas en ti mismo.
- ¿Por qué les estamos dejando escuchar?
- Mejor vayamos a otro sitio más tranquilo.





.............

No hay comentarios:

Publicar un comentario