domingo, 27 de noviembre de 2011

Filosofía callejera


Os contaré algo.

Hará un mes volvía hacia mi casa cuando al ir a cruzar un semáforo me pasó algo increíble. Yo andaba pensando en mis cosas como de costumbre, y últimamente pienso que entro en un trance extraño cuando voy caminando a solas por la calle (y si estoy escuchando música ya olvídate de mi). Pues como decía, iba a cruzar el paso de cebra cuando un hombre me habló, así que me sobresalté. Era un vagabundo. Mi reacción fue un poco de mantenerme un poco alerta, y le di a entender que no le había escuchado. Pensaba que iba a pedirme dinero pero aquella situación no iba encaminada a eso...

- Perdón, ¿Qué ha dicho?
- Te veo pensativo chico, no deberías pensar tanto las cosas.

Ante mi perplejidad él prosiguió:

- Mírame, yo no tengo ningún hogar, mi casa es el mundo, y de lo único que verás preocuparme es de seguir viviendo. No me verás matándome a pensar en mil cosas sin sentido ni lamentarme.

Tal vez sea yo que le doy demasiada importancia a todas estas cosas, pero, me pareció un momento increíble. Posiblemente otra persona habría pensado que iba borracho o que solo quería marear. Pero pienso que fue un acto increíble, que una persona que ni siquiera te conoce se preocupe por ti, creo que ésto no pasa mucho hoy en día.

La gente vive centrada en sí misma. Tal vez por esa rigidez pasen cosas como la progresiva deshumanización que pienso que sufre la sociedad. Deshumanización que se acentuará con el cambio de gobierno que piensa hacer más y más recortes en materia de política social, hasta que consigan que nos hagamos todos el "harakiri". Pero ya hablaremos de ésto en otro momento. 

Volviendo al turrón... he de decir que tengo un cariño especial por las personas sin hogar desde aquel día. Para mayor colmo, se produce la segunda experiencia homeless en mi vida:

Anoche me dirigía con mis amigos a entrar en un pub para seguir la noche, pero la noche tomó otro rumbo distinto. En la entrada habían dos mujeres comentando si llamar a la ambulancia, pues creían que había un hombre muerto en la acera. Nos acercamos como buenos curiosos que somos y vimos la escena. Efectivamente, aquello parecía un vegetal. Tras un buen rato deliberando salió el que parecía uno de los propietarios del local y comprobó que siguiera vivo. Nos relajamos al ver que estaba bien y la gente se dispersó. Ahora bien, en vez de haber hecho lo más evidente y habernos entrado al local, una amiga quiso ir más allá, y todo empezó con esa frase, "¿Por qué no se va a algún sitio calentito? se va a morir de frío". Aquella frase desencadenó una tertulia amistosa de alrededor de hora y media. Fue mi amiga la primera que se sentó en el suelo con Críspulo, pero al final acabamos haciendo un pequeño circulo todos.  Nos contó de todo: las aventuras de su perra Lola ("Lola eres más puta..."), los lugares donde había trabajado, que le echaron de los Jesuitas por ateo, que se puso furioso al ver que un hombre tiraba libros al contenedor de papel (libros con envoltorio, entre ellos el de Kafka), que se los llevó a buen recaudo, que vivió catorce años engañado por sus padres pues le llamaban Jesús cuando en verdad se llamaba Críspulo, que hace poco le habían robado sus mantas... La verdad es que nos sacó unas cuantas risas. Fue una experiencia extraña, cambiar una noche de fiesta por una conversación con un "extraño", pero fue reconfortante. Finalmente nos agradeció una y otra vez la compañía que le habíamos hecho y nos despedimos con un apretón de manos.

"Lola ¿vamos a llorar? mañana voy a llorar yo..."

Los motivos principales por las que hay personas sin hogar en el mundo son por rupturas de lazos: ruptura de lazos familiares y personales, ruptura de lazos laborales y ruptura de lazos sociales. Puede que la ruptura de uno de estos lazos provoque la ruptura de otro y así sucesivamente, hasta que la persona pierde toda esperanza y se centra en la apatía. Así pues se produce el alejamiento de la sociedad y la búsqueda de una nueva vida en la calle, donde nadie es dueño de nadie. Aunque hay quiero aclarar que el hecho de que una persona comience a vivir en la calle no se debe a una opción meditada, sino a una medida precipitada o forzada. Todo esto lleva a problemas más graves como son enfermedades desatendidas (tanto físicas como mentales) y adicciones. Por último dejar unos datos curiosos, aunque son del año 2005 (Instituto Nacional de Estadística español) :

- Hay más hombres que mujeres: el 82,7% de las personas sin hogar son varones.
La edad media de este colectivo es de 37,9 años.
- Sus ingresos medios son de 302 euros al mes
- Casi la mitad de esta población tiene hijos (46%), aunque sólo una décima parte vive con ellos.
- El 30% de las personas sin hogar es abstemia y nunca ha consumido drogas.
- El 37,5% lleva más de tres años sin alojamiento propio.
- La mitad de la población sin hogar busca trabajo.
- Hay más españoles que extranjeros: el 51,8 % son españoles y el 48,2 % extranjeros