El arte de ser infeliz.
Ser victimista es un arte y como tal requiere, amén de un talento innato, de sistematización y mucha práctica. Así pues vemos el compendio de saberes que deberían figurar en el manual de cualquier victimista;
“Tu tiempo mental debe de ser cualquier cosa menos presente. Pasa todo el tiempo que puedas viviendo en el pasado (focalizando en lo peor que te haya podido suceder) y en el futuro. Cúlpate de todo lo que no hayas hecho o logrado. Mejor aún: culpa a tus padres, familiares, parejas y ex parejas, amigos y enemigos de todo lo que no hayas hecho o logrado.
Critica a tus familiares, parejas y ex parejas, amigos y enemigos, jefes y colegas. Y a los desconocidos que salen por la tele. Porque debes de saber todo lo posible sobre las vidas ajenas a la par que descuidas la tuya.
Cuando este comportamiento te cree conflictos, recuerda: Jamás hagas las paces, no pidas disculpas y no perdones.
Preocúpate a muerte por esos kilos que no te sobran y que nunca perderás. Mátate de hambre, aunque es mejor alternar épocas de matarse de hambre con otras de ponerse hasta las cejas.
Enamórate siempre de quien no te corresponda. Y procura agobiarle con llamadas, SMS y e-mails constantes. Da igual que le acoses o te humilles: en el fondo, viene a ser lo mismo. Actuando así tenderás a relacionarte con chantajistas sentimentales, manipuladores, victimistas y probablemente te convertirás en uno de ellos.
Por último, nunca veas nada bueno en ti y, por supuesto, nada bueno en los demás. Siguiendo estos principios tan simples tu infelicidad esta garantizada, así como la de todos los que tengan que la desgracia de aguantarte, de forma que asegures tu desgracia con doble candado, porque nadie es más infeliz que el que sabe hacer infelices a los que le rodean.
Lucía Etxebarría! :D
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