Preso de tus propios pensamientos,
Condenado por tus propios actos.
Efímero el deseo,
radiante el esplendor.
Sueños prohibidos y etéreos,
no me importan.
Sueños y blasfemias,
sí,
se acumulan.
Sesgos
que nunca logran repararse.
Cuando el presente tiene forma
y lo demás no tiene vida.
Cuando los cristales dejan ver, pero muestran humo.
Cuando el río suena y lleva agua.
Cuando tú, y nada más que tú, me ha hecho recobrar la fe en mi mismo.
Cuando polvo eres, y en polvo te convertirás.
...
No hay comentarios:
Publicar un comentario